Cómo Conseguir Una Impresionante Fotografía Macro
La fotografía macro es un tipo de fotografía que atrapa. No en vano tiene todos los ingredientes para hacerlo: es sorprendente, mágica y a la vez hermosa. Hasta los bichos que algunos odiamos tanto acaban siendo modelos impresionantes de este tipo de fotografía donde podemos contar los ojos de las arañas, los nervios de una hoja o ver a través de las alas de una mosca. La macrofotografía es la fotografía de lo maravilloso, de lo increíble y mágico de la naturaleza. Por eso nos seduce tanto, porque nos convierte por unos instantes en Alicia vagando por el país de las maravillas.
Ahora bien, como todo, requiere no poco esfuerzo. Veamos algunos de los puntos clave que te ayudarán a la hora de conseguir una impresionante fotografía macro.
El protagonista
Los reyes de la macrofotografía son, sin duda, los pequeños animales y las flores o las hojas que nos regala la naturaleza pero no son, ni mucho menos, los únicos protagonistas de la fotografía macro. Un tornillo, unas gotas de aceite, una cuerda, en definitiva, muchos objetos cotidianos son candidatos a ser un buenos protagonistas para tus imágenes.
Lo más importante es que, a menos que busques la abstracción, lo que sea que busques fotografiar sea reconocible para el que observa la imagen. Si no es así, se convierte en una imagen abstracta que, puede gustarte también, pero es otra cosa 😉
El fondo
El fondo en macrofotografía es clave, pudiendo hacer resaltar y destacar a tu protagonista o hacer que éste pierda su interés. Por ello es muy importante que localices primero a tu sujeto, y luego un buen fondo para el mismo.
- Busca fondos con colores contrastantes (que hagan destacar a tu protagonista).
- Mira a tu alrededor, a veces simplemente cambiando el punto de vista puedes conseguir un fondo completamente diferente y adecuado a tus propósitos.
- Lleva tus propios fondos siempre a mano por si no encuentras ninguno que te satisfaga. Eso equivale simplemente a llevar telas o cartulinas de colores que puedas situar detrás de tu centro de interés.
El escenario
Es todo aquello que rodea a tu sujeto principal. No sólo el fondo, sino el lugar en el que sitúas al protagonista. Puede que te adentres entre las hojas otoñales en busca de una hormiga roja, o que esperes pacientemente a que una mariquita alce el vuelo desde un tallo verde. Todo es parte del escenario que formará parte de tu encuadre y todo debe tener su razón de ser. No dejes nada al azar. En macrofotografía, los detalles son muy importantes y los despistes algo más difíciles de solucionar que en otros tipos de imágenes.
- Busca escenarios fotogénicos
- Colores vivos y saturados suelen dar mejores resultados (aunque siempre depende de los resultados que se quieran obtener)
- Las flores, el rocío (que puedes crear tú mismo con un vaporizador), los reflejos, las gotas de agua, rocas, etcétera.
- Texturas interesantes que realcen al protagonista y completen la imagen.
- Selecciona el lugar previamente: por ejemplo, las flores y la baja vegetación son ideales para encontrar insectos. Si sabes dónde buscar, la sesión será mucho más provechosa y amena.
El bokeh
La fotografía macro destaca principalmente por su capacidad de ampliación, pero también por su reducida profundidad de campo. El bokeh, es uno de los efectos que puede conllevar la utilización de profundidades de campo reducidas, y un elemento a explotar de forma artística para dar forma a tus imágenes.
La saturación y el contraste
La naturaleza está llena de color, sea en primavera o en otoño, en verano o incluso en invierno. Imaginarla carente de bellos tonos saturados es complicado, sobre todo, cuando basamos nuestras composiciones en forma y color, donde el color es un motivo en sí mismo, incluso a veces un centro de interés en sí mismo. Dominar el contraste natural de la escena, buscar el mejor encuadre y la mejor combinación de tonalidades es una parte imprescindible de la macrofotografía.
La ISO
Siempre lo más baja posible. En fotografía macro la nitidez es básica, y cuanto más subes la ISO, más pérdida de calidad tienes en la imagen. Por ello, recomendamos no abusar de ella, es preferible ajustar otros parámetros del triángulo de exposición como la velocidad y dejar la ISO a valores menores (100-200).
Los amaneceres y atardeceres
Primeras y últimas horas del día tienen innumerables ventajas. Principalmente la luz, ya sabemos lo mágica que es la luz a esas horas, cálida, suave y lateral.
- Realza las texturas.
- Nos permite jugar con contraluces para realzar siluetas, perfiles de luz, etcétera y conseguir composiciones diferentes y más interesantes.
- Cuando hace frío, los insectos están más tranquilos e inactivos, así que es mejor evitar las horas centrales del día si lo que quieres es fotografiarlos.
La composición
Al trabajar con poquísima profundidad de campo, el fondo siempre va a quedar algo desenfocado en las imágenes (si es que has enfocado bien a tu protagonista 😉 ), así que en este tipo de fotografía, tu protagonista destaca de forma natural gracias al foco. El resultado suelen ser composiciones minimalistas donde la composición cobra especial importancia. Dónde colocar qué, se convierte en algo clave. La regla de los tercios, la del horizonte u otras reglas de composición como el espacio negativo, te serán de muchísima utilidad en este aspecto.
No te conformes con la primera imagen, prueba diferentes ángulos y distancias, a veces cuanto más cerca mejor, pero a veces el entorno puede complementarnos el sujeto y regalarnos escenas únicas.
El enfoque lo es todo
Si en otro tipo de imágenes el foco es importante, aquí es clave, porque el error es muchísimo más evidente.
- Enfoca en manual, muchas veces la cámara “se pierde” intentando enfocar algo tan pequeño.
- Enfoca bien los ojos en caso de que estés fotografiando algo que los tenga 🙂
- Aprende a mejorar el enfoque en el procesado. Evidentemente, milagros a Lourdes 😉 , pero las herramientas de enfoque de los programas de edición, pueden ayudarte a perfeccionar la imagen.
- La estabilidad es esencial: un buen trípode, un disparador remoto, una cámara con opción de levantar el espejo para evitar vibraciones.
El rocío
Las gotas de agua son un clásico que siempre funciona y que da mucho juego incluso como protagonistas en sí mismas. Por ello, si no encuentras rocío, no dudes en fabricarte tus propios escenarios llevándote un pulverizador. Incluso puedes utilizar las gotas de agua para conseguir un buen Bokeh de fondo.
La acción
No olvides que no sólo tienes por qué retratar objetos o seres estáticos. Una mariquita alzando el vuelo, una abeja dirigiéndose a una flor o una mariposa saliendo de su crisálida, hay millones de escenarios que no sólo muestran la belleza de la naturaleza a escala 1:1, si no el modo en que esta se desenvuelve.
- Recuerda que los animales suelen tener comportamientos repetitivos. Aprender a reconocer estos patrones, te permitirá adelantarte a la acción, situarte en el lugar, en el momento, y con el foco adecuado, tiempo antes incluso de que tu protagonista vuelva a aparecer por allí. Luego no quedará más que esperar y hacer click en el instante preciso.
- Si lo tuyo es este tipo imágenes “de acción”, es buena idea que pruebes el modo de disparo continuo de tu cámara, a ver si te es de utilidad 😉
El entorno controlado
La macrofotografía no empieza y acaba en el campo más cercano. Puedes llevarte la naturaleza a casa y montarte tu propio escenario con flores de la floristería si lo que quieres es practicar. En casa no hay viento ni fondos que no podamos cambiar, por lo que es una gran oportunidad de seguir practicando si no podemos o queremos salir a pasear por la naturaleza.
Igualmente, visitar otros lugares especializados como zoológicos o centros de réptiles, anfibios, etcétera, te permitirá fotografiar especies a las que, de otro modo, no podrías acceder de forma fácil.
¿Qué te ha parecido? ¿Te llama el mundo de la macrofotografía? Fascinante, ¿verdad? Espero que este artículo te haya sido de utilidad. Si es así, por favor, compártelo en tu red social favorita: Facebook, Twitter o Google+.
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